
Cuando Sandino hablaba de Comunismo Racionalista, lo hacía también desde una visión espiritual. Para él, la justicia social no podía separarse de la idea de un Dios creador del Universo —no un Dios de las iglesias que justificaba la opresión, sino un Padre universal que daba sentido a la fraternidad entre los hombres.
En sus cartas y manifiestos, Sandino repetía que su lucha era inspirada por fuerzas superiores, por una misión divina. Por eso, su comunismo no era ateo ni materialista, sino un comunismo:
• Con fundamento espiritual: veía a Dios como origen de la vida y de la dignidad humana.
• De amor y justicia: entendía que la verdadera igualdad debía nacer del amor al prójimo.
• De razón y conciencia: el hombre debía usar la inteligencia dada por el Creador para organizar una sociedad justa.
Así, el Comunismo Racionalista de Sandino se parece más a una síntesis entre el ideal cristiano primitivo (amor fraternal, compartir, justicia) y un proyecto político de liberación nacional. No era el comunismo marxista ortodoxo, sino un comunismo espiritual, moral y patriótico que colocaba a Dios como fuerza rectora del Universo y a la humanidad como una gran familia.
Siempre más allá…
Walter C. Sandino