El año 1980, inició la Cruzada Nacional de Alfabetización, una de las grandes epopeyas educativas impulsadas por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que tuvo como objetivo enseñar a leer y escribir a un pueblo que se vio sometido al analfabetismo durante los 40 años de la dictadura somocista.

En ese periodo, consciente de la necesidad de erradicar la tasa del 50.35 por ciento de analfabetismo que predominaba en el país, quince días después del triunfo de la Revolución el 19 de julio de 1979, el Gobierno de Reconstrucción Nacional, comenzó a organizar y planificar el proyecto de alfabetización, marcando un precedente en la historia de Nicaragua.

Un 23 de marzo de 1980, miles de jóvenes reunidos en la Plaza de la Revolución, entonando la consigna «Puño en alto, libro abierto», luego de jurarle a la patria su compromiso de enseñar a leer y escribir al campesino, en caravanas de camiones partieron a las regiones del campo a cumplir la misión encomendada por el gobierno revolucionario del FSLN.

Fue así, que más de 95 mil 582 nicaragüenses, entre ellos; estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, asesores pedagógicos, obreros, oficinistas, alfabetizaron a 406 mil 056 nicaragüenses que no tenían acceso a la educación. Con esta acción heroica, patriótica y de amor, se logró reducir al 12.96 por ciento el índice de analfabetismo.

CNA un proyecto inspirado en ideales revolucionarios

Entre los antecedentes de la campaña de alfabetización, están las tareas alfabetizadoras realizadas por el General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto C. Sandino. Asimismo, en esta se expresa el ideario del Comandante Carlos Fonseca, quien impulsó y motivó a las guerrillas sandinistas a enseñar a leer al pueblo campesino, el sector más afectado por el analfabetismo, orientando decididamente: «¡Y también enséñenles a leer!», desde ese entonces la oscurana se convertía en claridad.   

La Gran Cruzada Nacional de Alfabetización «Héroes y Mártires por la Liberación de Nicaragua» tiene sus cimientos en el modelo pedagógico de Paulo Freire, así como en la experiencia metodológica de alfabetización cubana, cuyos ideales se lograron aplicar en los métodos y contenidos de los manuales y cuadernos de la gesta educativa que ejecutaba el país centroamericano.

Este método de otras regiones, permitió a Nicaragua en primera instancia organizar los Cuadernos de orientación sandinista para capacitadores y de educación sandinista dirigido al alfabetizador, por otro lado, la elaboración de la Cartilla, «El Amanecer del Pueblo» que contenía 23 temas que describían el proceso revolucionario y los Programas sociales del Gobierno de Reconstrucción Nacional.

«Los cinco grandes fines de la Cruzada fueron, en primer lugar, combatir el problema social del analfabetismo. Segundo, que el campesinado conociera la realidad social de Nicaragua.  Tercero, que la juventud participara activamente en cambio nacional y vivieran una experiencia formativa sustancial.   Cuarto, movilizar a la juventud para iniciar otros proyectos de interés nacional, y quinto, preparar la creación del Viceministerio de Educación de Adultos (VIMEDA)».

Durante la CNA, cayeron 59 brigadistas, uno de los caídos fue el líder campesino Georgino Andrade, masacrado por la contrarrevolución. El 23 de agosto de 1980, luego de 6 meses inmersos en la montaña, la juventud revolucionaria culminaría aquella labor que pretendía compartir el pan del saber en las zonas más alejadas del país.

Ese mismo año, la Organización de Naciones Unidas por la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reconoció a la Cruzada Nacional de Alfabetización como la mayor movilización de amor para el pueblo, por su carácter masivo, participativo y unitario.

Hoy se cumplen 41 años que miles de «guerrilleros de la alfabetización» tras «barricadas de cuadernos y pizarras», cumplieron el sueño de nuestros Héroes y Mártires que era combatir con el analfabetismo.