En cada aniversario del tránsito a la inmortalidad del Comandante Carlos Fonseca Amador, fundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Nicaragua recuerda con mayor vigor la vida y el legado de uno de los líderes más influyentes de su historia reciente.
Recordado como el «Tayacán Vencedor de la muerte» y el «Novio de la Patria Rojinegra», el Cmdt. Carlos Fonseca se convirtió en un símbolo de la lucha revolucionaria nicaragüense.
Su valentía y determinación lo llevaron a liderar al Frente Sandinista de Liberación Nacional hacia la victoria, convirtiéndole en una figura legendaria y un referente para las futuras generaciones.
Nacido en Matagalpa en 1936, el Comandante Fonseca, desde joven demostró una profunda conciencia social y un compromiso inquebrantable con la justicia y la libertad. Su vida estuvo marcada por la lucha incansable contra la dictadura somocista y la búsqueda de un futuro mejor para su pueblo.
Un visionario de la revolución
La visión del comandante Fonseca trascendió las fronteras de Nicaragua. Inspirado por las luchas revolucionarias de otros pueblos latinoamericanos, y por la defensa de la soberanía nacional contra el imperialismo librada por el General Augusto C. Sandino, el Cmdt. Fonseca se convirtió en un referente ideológico para toda una generación de revolucionarios.
En 1961, junto a Germán Gaitán y Julio Jerez, funda el Movimiento Nueva Nicaragua (MNN), el cual operaba a través de tres células ubicadas en Managua, León y Estelí. Este movimiento se destacó por denunciar los preparativos de la invasión a Playa Girón en Cuba y por publicar el primer ideario de Sandino, cuidadosamente seleccionado por él.
Ese mismo año, en colaboración con el comandante Tomás Borge Martínez, Santos López, Jorge Navarro, Francisco Buitrago, Silvio Mayorga, Germán Pomares Ordoñez, Rigoberto Cruz y Faustino Ruiz, funda el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en honor al legado nacionalista y antiimperialista del general Augusto C. Sandino.
Este nuevo movimiento nace con el objetivo de derrocar la dictadura somocista y establecer un gobierno revolucionario.
Su pensamiento, profundamente arraigado en el marxismo y en las realidades de Nicaragua, guio al FSLN hacia la victoria de la Revolución Sandinista en 1979.
Educación y liberación nacional
En 1969, el FSLN se fortalece en el ámbito político e ideológico, estableciendo sus propios estatutos y una estrategia definida. Entre 1972 y 1975, se establece en Cuba, donde profundiza su formación marxista, escribe varios artículos y recopila sus experiencias.
En 1975, impulsado por el sueño de una Nicaragua libre, regresa al país y se integra a la guerrilla en las montañas de Zinica. Allí, el 8 de noviembre de 1976, cae en combate, fiel a los ideales que defendió. Ese año también escribió “Notas sobre la montaña” y “Notas sobre algunos problemas de hoy”.
Uno de los legados más importantes de Fonseca es su énfasis en la educación como herramienta fundamental para la transformación social.
Su célebre frase «¡Y también enséñenles a leer!» se convirtió en un icono de la lucha contra el analfabetismo y de la apuesta por construir una sociedad más justa y equitativa.
Un líder ejemplar
La figura del Comandante Carlos Fonseca Amador sigue siendo una fuente de inspiración para las nuevas generaciones de nicaragüenses. Su valentía, su inteligencia y su compromiso con los más desfavorecidos lo convirtieron en un líder ejemplar, capaz de movilizar a las masas y de construir un proyecto político capaz de transformar radicalmente la sociedad.
A pesar de las adversidades y las persecuciones, el Comandante Fonseca nunca renunció a su ideal de una Nicaragua libre y soberana. Su vida fue un ejemplo de entrega y sacrificio por una causa superior.
En la actualidad, el legado del Comandante Carlos Fonseca Amador sigue vivo en el corazón de los nicaragüenses. Su pensamiento y su obra continúan siendo una guía para quienes luchan por construir un futuro más justo y equitativo, en una patria libre y soberana.