Arlen Siu Bermúdez, fue una guerrillera revolucionaria nicaragüense; es una de las mártires más recordadas de la Revolución Sandinista. Hija de madre nicaragüense y padre de ascendencia china.
Arlen Siu Bermúdez, fue una guerrillera revolucionaria nicaragüense; es una de las mártires más recordadas de la Revolución Sandinista. Hija de madre nicaragüense y padre de ascendencia china.

El 15 de julio de 1955 nace Arlen Siu Bermúdez en la ciudad de Jinotepe, Carazo, Nicaragua. Guerrillera jinotepina sandinista, fue una gran revolucionaria, una de las mártires más recordadas de la Revolución Sandinista. Tenía 18 años cuando se unió a los Sandinistas.

Era hija de madre nicaragüense y de un inmigrante de origen chino que había participado en el Ejército Rojo de su país natal.

Buena estudiante, terminó el bachillerato y se matriculó para estudiar psicología social en la Universidad Nacional de Nicaragua, mostrando también una vocación artística que la llevó a escribir poemas como “María rural”, que ella misma musicalizó e interpretaba con su guitarra en reuniones estudiantiles donde se discutía la situación social del país bajo la dictadura somocista.

Con una formación originalmente cristiana, Arlen no dejó de tener influencias del marxismo y aun del feminismo, sobre los que escribió también breves ensayos.

Su interés por la comunidad lo mostró también tempranamente alfabetizando a los pobres de las comunidades rurales y en episodios como la huelga de hambre estudiantil en las iglesias de Managua, en 1972 a la que acompañó, pero en la que no participó y durante el devastador terremoto de ese mismo año, cuando se dedicó a atender a los damnificados en la capital y a los refugiados que llegaron a su natal departamento de Carazo.

Durante días permaneció en los campamentos llevando alimentos y ropa que colectaba, e incluso regalando sus pertenencias para aliviar el sufrimiento de la gente.

Por ese mismo tiempo fue contactada, junto con otros jóvenes jinotepinos, por Ricardo Morales Avilés, a través del cual se integró al Frente Sandinista de Liberación Nacional.

A partir de ese momento, su guitarra sirvió para denunciar los crímenes de Somoza y su Guardia Nacional: las desapariciones, torturas y asesinatos, la violación de mujeres, que ese cuerpo militar, creado y sostenido por los Estados Unidos, cometía contra los campesinos y militantes del FSLN.

Arlen tenía 18 años cuando se incorporó a las filas del sandinismo.

A través de una carta se despidió de su madre Nubia Bermúdez y de sus hermanos Carolina, Marlon e Ivonne, los mayores de los cuales también se convirtieron en colaboradores del Frente.

Se trasladó a las montañas del departamento de León donde finalmente habría de morir heroicamente.

El 1° de agosto de 1975, la Guardia Nacional localizó cerca del poblado llamado El Sauce un campo de entrenamiento sandinista. Se libró un fuerte combate en el que Arlen Siu ayudó, hasta ser abatida junto con otros jóvenes combatientes, a cubrir la retirada de sus compañeros.

Tenía en ese momento 20 años recién cumplidos.

El lugar donde quedaron sus restos no se reveló a sus familiares ni sus compañeros hasta que, con el triunfo de la Revolución en 1979, fueron recuperados.

Junto a ella cayeron los combatientes Mario Estrada, Gilberto Rostrán, Julia Herrera de Pomares, Mercedes Reyes, Hugo Arévalo, Juan y Leónidas Espinoza.

Arlen Siu se convirtió así en una figura emblemática de la lucha sandinista, desde el triunfo de la revolución; puertos, calles, centros infantiles y escuelas llevan su nombre, así como también organizaciones revolucionarias afines al gobernante FSLN.

“MARÍA RURAL” poesía compuesta por La Chinita, Arlen Siu:

Por los senderos del campo
Llevas cargando tu pena
Tú pena de amor y de llanto
En tu vientre de arcilla y tierra

Tu tinajita redonda
Que llenas año con año
De la semilla que siembra
El campesino en su pobreza

Hoy quiero cantarte maría rural
Oh madre del campo
Madre sin igual
Hoy quiero cantar
Tus vástagos pobres
Tu despojos triste
Dolor maternal

Desnutrición y pobreza
Es lo que a vos te rodea
Choza de paja en silencio
Solo el rumor de la selva

Tus manos son de cedro
Tus ojos crepúsculos tristes
Tus lágrimas son barro
Que derramas en las sierras

Por esa razón en esta ocasión
Hoy quiero cantar a tu corazón
Hoy quiero decirte lo que siento
Por tanta pobreza y desolación

Por la praderas y ríos
Va la madre campesina
Sintiendo frío el invierno
Y terrible su destino

Por los senderos del campo
Llevas cargando tu pena
Tú pena de amor y de llanto
En tu vientre de arcilla y tierra

Hoy quiero cantarte maría rural
¡Oh! madre del campo
Madre sin igual
Hoy quiero cantar
Tus vástagos pobres
Tu despojos triste
Dolor maternal.