1- La Nación-Pueblo de Sandino y la primera liberación de Nicaragua

Cuando el General decide emprender su lucha el 4 de mayo de 1927, rompe con más de un siglo de injerencia y agresiones yanquis, desde el 02 de diciembre del 1823, día en el que se promulgó la Doctrina Monroe. Un sistema neocolonial de ingeniería social y política para someter a los pueblos a través de la democracia de las élites. La estrategia para controlar y reprimir en el continente entero la rebeldía que habita en los pueblos de Nuestra América. El Gral. Sandino se opuso a la intervención norteamericana denunciando “La cruel ocupación militar de los Estados Unidos; la inconsistencia de los pretextos alegados para mantener en nuestro territorio la bota férrea de la intervención; los malos hijos que han traficado con la sangre del pueblo y con el honor de la Nación; la extenuación de la riqueza pública por la rapiña de los «protectores» [yanquis] que controlan nuestros bancos, nuestras aduanas, nuestros ferrocarriles; el asesinato sistemático de todos los hombres dignos que no aceptamos tal orden de cosas. Escrito El terremoto de Managua, 31 de marzo de 1931

Este sistema uso como instrumento las paralelas históricas (los legitimistas y democráticos, los timbucos y calandracas, los liberales y conservadores), que no son más que la oligarquía dividida instrumentalmente en dos cúpulas, que se turnan en el poder, garantizando la concentración de la riqueza en los bolsillos de esas élites vendepatrias. Su ruptura con las paralelas históricas es radical, fundamentada en su escrito de 1931: “el 4 de Mayo de 1927 el General Moncada ahorcó al liberalismo nicaragüense en el Espino Negro de Tipitapa, [así] como el Gral. Emiliano Chamorro mató al Partido Conservador al firmar los tratados Bryan-Chamorro. No hay, pues, partidos en Nicaragua, sino que partidas. A. C. Sandino. El terremoto de Managua 1931

Afirmaba el general hace casi un siglo: “Los dirigentes políticos, conservadores y liberales, son una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo patriota y valeroso […] Todavía en estos días de tanta luz y ejemplo, los fracasados políticos siguen disputándose las caricias del látigo extranjero, y como perros y gatos dentro de un costal, están peleándose por alcanzar una presidencia a base de supervigilancia extraña, que nosotros no permitiremos. […] Nicaragua será libre solamente a balazos y a costa de nuestra propia sangre”.  A. C. Sandino, 1926.

A partir de este quiebre sustancial con los dos actores hegemónicos de la política desde la Independencia hasta ese entonces, el General inicia su lucha, e introduce una discusión de raíz en la historia política nicaragüense, una disyuntiva radical entre el Estado-Nación, una construcción formal desde las élites, desde arriba, donde el pueblo tiene un peso nulo, y la Nación-Pueblo, una construcción sustancial desde las masas, desde abajo, desde la clase trabajadora y sus reivindicaciones históricamente postergadas.

El 4 de mayo de 1927 no acepta traicionar su propia lucha y cambia la naturaleza de la guerra, de una guerra civil entre liberales y conservadores a una guerra de liberación nacional contra los invasores estadounidenses:“… hago votos porque siempre nuestras ideas se encuentren, y unidas elaboren la felicidad de nuestra madre Nicaragua, tantas veces escarnecida y humillada sin compasión por sus malos hijos que, por recibir unos cuantos pesos, han permitido que la violen aventureros y morfinómanos yankees. Nosotros no debemos descansar […] la revolución es una necesidad que nos señala el honor y la vergüenza. ¡Revolución es sinónimo de purificación! Y nosotros debemos luchar sin descanso, hasta vernos libres del imperialismo yankee, porque éste y su gobierno son enemigos de nuestra raza e idioma [cultura]; ellos son temerosos y cobardes, solapados y traicioneros, salteadores de encrucijada, piratas y perversos, de pasiones obscuras y rastreras”. A. C. Sandino, La Revolución es sinónimo de purificación, 1927.

Nicaragua cambió y nunca más volvió a ser la misma, desde ese día venimos desafiando los códigos y leyes imperiales en cada tiempo.

Sandino encarna la inteligencia nativa que habita en el pueblo, la síntesis de lo mejor de su tiempo. No asistió a ninguna universidad y su pensamiento autodidacta trascendió cobrando vigencia, hasta la historia presente, como un pensador del pueblo forjado en el mismo pueblo. No estudió en ninguna escuela militar ni un solo día las ciencias militares y fue un general victorioso, ante la fuerza bélica más poderosa de su tiempo.

Después de la batalla de Ocotal, en la cual enfrentó a los invasores de manera frontal como un ejército regular, cambió su estrategia inaugurando la Guerra de Guerrillas. Fundó esta nueva estrategia con tácticas inéditas, inspirándose en la inteligencia autóctona de nuestros pueblos originarios, desde la observación profunda de la naturaleza y los seres que la pueblan, estrategias que le permitieron consolidar el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional hasta llegar a tener más de seis mil miembros y así controlar más de la mitad del territorio nacional y alcanzar la victoria militar contra nuestro enemigo histórico: “No temáis mis queridos hermanos; y estad seguros, muy seguros y bien seguros de que muy luego tendremos nuestro triunfo definitivo en Nicaragua, con lo que quedará prendida la mecha de la Explosión Proletaria contra los imperialistas de la tierra”. A. C. Sandino, 1931.

Antiimperialismo, Soberanía y Autodeterminación entre las raíces ideológicas de su pensamiento, como la síntesis centenaria de las luchas por la emancipación de nuestros pueblos, que trascendieron las fronteras limítrofes de nuestra realidad nicaragüense, empalmando con el sueño de Bolívar, por la independencia de nuestra Nación-Pueblo: “Hondamente convencidos como estamos de que el capitalismo norteamericano ha llegado a la última etapa de su desarrollo, transformándose como consecuencia, en imperialismo, y que ya no atiende a teorías de derecho y de justicia pasando sin respeto alguno por sobre los inconmovibles principios de independencia de las fracciones de la nacionalidad latino-americana, consideramos indispensable, más aún inaplazable, la alianza de nuestros Estados Latinoamericanos para mantener incólume esa independencia frente a las pretensiones del imperialismo de los Estados Unidos de Norte América, o frente al de cualquiera otra potencia a cuyos intereses se nos pretenda someter”. Plan de realización del supremo sueño de Bolívar. A. C. Sandino, 1929.

La espiritualidad de Sandino se alimentó de muchas corrientes que en el General se unieron y naturalizaron desde lo mejor de su tiempo, pensamiento espiritual inspirado también en la fraternidad universal, que encontramos en el Manifiesto Luz y Verdad y que hasta el día de hoy nos enseña a llamarnos hermanos, una característica propia de nuestra Revolución: “Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército, desde su principio y así lo será hasta su fin. Ese mismo impulso pide en Justicia de que todos nuestros hermanos miembros de este Ejército principien a conocer en su propia Luz y Verdad, de las leyes que rigen el Universo.

Pues bien hermanos: Todos vosotros presentís una fuerza superior a sí mismos y a todas las otras fuerzas del Universo. Esa fuerza invisible tiene muchos nombres, pero nosotros lo hemos conocido con el nombre de Dios.

Seguramente de que entre vosotros hay muchos quienes han querido encontrar la oportunidad de quien les explique esas cosas tan hermosas.

Pues bien hermanos: Lo que existió en el Universo, antes de las cosas que se pueden ver o tocar, fue el éter como sustancia única y primera de la Naturaleza (materia). Pero antes del éter, que todo lo que llena en el Universo, existió una gran voluntad; es decir, un gran deseo de Ser lo que no era, y que nosotros lo hemos conocido con el nombre de Amor.” A. C. Sandino, 1931.

En ese proceso de inspiración y síntesis de las ideas más avanzadas de las luchas de otros pueblos, Sandino desarrolló la idea del cooperativismo como una forma inédita para organizar nuestro propio desarrollo: “Que haya trabajo y actividad para todos, yo soy partidario más bien que la tierra sea del estado, me inclino por un régimen de cooperativas”. Afirmaba que “La tierra produce todo lo necesario para la alegría y comodidad del género humano. Pero, como hemos dicho, por largos siglos la injusticia se enseñoreó sobre la tierra y las grandes existencias de lo necesario para la vida del género humano han estado en manos de unos pocos señorones. La gran mayoría de los pueblos carece hasta de lo indispensable, y quizá hasta se ha muerto de hambre después de haber producido con sudor lo que otros derrocharon en francachelas. Pero ya habrá justicia, y la guerra de los opresores de pueblos libres será relevada por la guerra de las libertades. Y después, como habrá justicia, en consecuencia, habrá Paz sobre la tierra”. La Paz fue uno de los más importantes legados del General, que continúa siendo vigente en nuestro tiempo, en la construcción revolucionaria de nuestro proceso, porque no hay revolución plena sin Paz. 

Todo su accionar, todo su pensamiento estuvo orientado a la defensa de la soberanía, la autodeterminación y a la consolidación de la Paz en Nicaragua, hasta que en 1933 triunfa expulsando las tropas yanquis de Nicaragua.

Un año después, en 1934, Somoza en complicidad con el Departamento de Estado norteamericano asesinan al General y se abre un Periodo de Oscurantismo en nuestra historia, que va de 1934 a 1956: “[el nombre de Sandino] se lo evocaba en medio del susurro; durante larguísimos años, en medio del terror, el oscurantismo, el dominio de los partidos reaccionarios, el conservadurismo de la intelectualidad nicaragüense, el nombre de Sandino era un murmullo”.Cmdte. Carlos Fonseca, 1970. Y es solo 22 años después del asesinato a traición del General que se abre una nueva etapa histórica, a partir de toda una serie de luchas que surgen del periodo de Oscurantismo al sacrificio de Rigoberto López Pérez en 1956. Desde entonces, las posibilidades históricas de emancipación se abren en muchas direcciones posibles y su acto heroico multiplica esas probabilidades de liberación de nuestro pueblo. Rigoberto abre en nuestra historia un nuevo ciclo, que él mismo llamó el principio del fin de la tiranía, en su carta testamento dirigida a su madre: “… Lo que yo he hecho es un deber que cualquier nicaragüense que de veras quiera a su patria debía haber llevado a cabo hace mucho tiempo. Lo mío no ha sido un sacrificio, sino un deber que espero haber cumplido […] he decidido, aunque mis compañeros no querían aceptarlo, el de tratar de ser yo el que inicie el principio del fin de esa tiranía”.  Fragmento de carta de despedida de Rigoberto López Pérez a su Madre. San Salvador, septiembre 1956.

2- El Comandante Carlos Fonseca y la intuición estratégica de liberación

Para la fundación del Frente Sandinista, es indispensable para Carlos, llegar a la confluencia de una serie de reflexiones que en él se transformaron en una intuición estratégica. Es decir, encontrar la contradicción fundamental que atenaza a la clase trabajadora nicaragüense, y decodificarla en el seno del pueblo, de su sabiduría y de la fuerza de liberación que late en su centro.

Esa fuerza emancipadora, que mueve la historia en cada tiempo, convive en tensión dialéctica con las fuerzas de los imperios, que pujan por colonizarla, reprimirla, y controlarla, pero Carlos – parafraseando a Aldo Díaz Lacayo- descubre que las ideas revolucionarias universales no pueden ser aplicadas mecánicamente a todo espacio y tiempo histórico.

Descubre que el Pensamiento Vivo de Sandino es el vehículo autóctono de liberación. En su lucha, en las raíces de su pensamiento y en sus triunfos, está la ruta de articulación de todos los elementos político-ideológicos y bélico-organizativos necesarios para echar a andar una Revolución autóctona, profundamente nicaragüense.

El comandante Carlos comprendió que, aunque sea indispensable el estudio de las experiencias históricas de las revoluciones hermanas, la nuestra tiene que ser necesariamente inédita, y que el pensamiento de Sandino es el instrumento para construir desde la profundidad histórica, esa unidad ideológica, creando un movimiento revolucionario político militar capaz de aglutinar todas las expresiones de rebeldía, uniendo las reivindicaciones gremiales de la clase trabajadora nicaragüense, con las universales de lucha por la justicia, la soberanía y la autodeterminación, creando las condiciones para generar un amplia estrategia de alianzas, porque no hay unidad popular sin consensos y no hay consensos sin alianzas de clase.  

Carlos Fonseca concibió el FSLN, a partir de la interpretación de la realidad a inicios de los años sesenta y del estudio y análisis de la doctrina política del Gral. Sandino, como un vehículo revolucionario inédito y originario: “El Frente Sandinista, al empuñar el arma revolucionaria, se inspira en la tradicional rebeldía nicaragüense […] No hay duda que el combate actual desembocará por primera vez en la liberación definitiva, porque el Frente Sandinista está pertrechado por los ideales de Augusto César Sandino, ideales que día a día unen cada vez a todos los nicaragüenses” Cmdte. Carlos Fonseca, 1973.

El Comandante Carlos, recogió desde la profundidad de nuestra historia el pensamiento vivo de Sandino, síntesis de nuestras luchas primordiales y funda el FSLN, inspirándose en su lucha antiimperialista contra los yanquis, en la defensa de la Soberanía Nacional y en la certeza que solo a través de la lucha armada se podía generar esa transformación radical y revolucionaria de nuestra realidad nacional.

Desafiando la dictadura somocista, y partiendo de las raíces del pensamiento del Gral. Sandino como el mejor ejemplo de lucha, la mejor prueba histórica que la liberación era posible, le da fuerza de gravedad a su ideario y vigencia transformadora en las circunstancias históricas de su tiempo concibiendo el nacimiento del Frente Sandinista, para que como semillas caigan en terreno fértil (la rebeldía centenaria del pueblo) y germinen según el clima (la correlación de fuerzas) y el tiempo justo de siembra (la coyuntura estratégica) en una construcción inédita y a más de medio siglo después irreversible: “En Julio del 61 surge el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Este acontecimiento histórico significó la alternativa popular opuesta a la alternativa burguesa reformista en la lucha contra el somocismo. No podemos hablar de una vanguardia sin una teoría de vanguardia. Al referirnos a la creación de la vanguardia debemos subrayar el rescate que Carlos Fonseca hizo de Sandino y de sus ideas revolucionarias. Carlos vio en Sandino y sus ideas no un símbolo etéreo, no un símbolo abstracto, sino la guía para la comprensión de la realidad nicaragüense y su transformación revolucionaria. Todas las acciones espontáneas con que las masas iluminaron esta fase inicial de ascenso revolucionario, nos sirvieron para detectar el potencial revolucionario del pueblo nicaragüense y se puso de relieve la carencia de una dirección y de una organización revolucionaria. Sin una vanguardia el potencial revolucionario no podía convertirse en un poderoso puño popular capaz de derribar a la dictadura somocista. De todo ello se dedujo el requerimiento de esa vanguardia que pudiese dar forma organizativa a la transpiración, cólera e intuición del pueblo”. Comandante Tomás Borge, 1981.

El FSLN a lo largo de los años sesenta después de su fundación, atravesó diferentes procesos bélico-organizativos enfrentando los obstáculos en la construcción de la unidad de la lucha guerrillera.

Los guerrilleros de las primeras generaciones, fueron protagonistas de la gesta de Raiti, Bocay y Pancasán, en momentos en los cuales hacer revolución era desafiar todas las leyes injustas, todas las armas del aparato militar y de seguridad de la dictadura, todas las normas de la realidad que los oprimían. Significó ser consecuentes con cada uno de los ideales que firmaron con sangre: Raití y Bocay en 1963 aunque representó un revés militar, dejó valiosas lecciones políticas y militares que sirvieron de preámbulo para la jornada guerrillera de Pancasán en 1967, analizadas por el comandante Carlos: “La comprensión de los progresos alcanzados es un requisito esencial para tener confianza en el éxito del cumplimiento de las tareas que tenemos por delante. El revolucionario tiene espíritu con temple de acero, y no se amilana ante los fracasos que se producen en el transcurso de la lucha, y particularmente en la etapa inicial. Pero es necesario que al mismo tiempo que extraemos lecciones de los fracasos sufridos, sepamos valorar los lados favorables que presenta la situación actual. Debe contribuir a mantener inquebrantable nuestra fe en la victoria de los ideales” Cmdte Carlos Fonseca 1968

En Pancasán, cuatro años después en 1967, el FSLN ya contaba con una base social formada por campesinos empobrecidos por el régimen somocista, una amplia red de apoyo construida a partir del trabajo de Rigoberto Cruz y otros militantes. Pancasán significó para el pueblo nicaragüense, el convencimiento que la vanguardia del FSLN tenía la capacidad de conducir al pueblo hacia su liberación: “En 1967 se acelera la componenda de la dirigencia burguesa opositora con el grupo gobernante. Esto permite que se haga sentir en una medida mayor la presencia del Frente Sandinista en la vida política nacional. Acontece un doble hecho: Se confirma hasta la saciedad incluso con rasgos sangrientos (22 de enero), la disposición conciliadora de la dirigencia burguesa-oligárquica; se reafirma la decisión del Frente Sandinista de empuñar resueltamente las armas contra la tiranía”. Cmdte Carlos Fonseca, 1976.

3- El Programa Histórico y la siembra estratégica

La experiencia guerrillera de Pancasán y la coyuntura estratégica descrita por el Cmdte. Carlos líneas arriba, significaron un salto cualitativo por la profundidad ideológica a la cual Carlos guio la organización, surgiendo dos años después el Programa Histórico del FSLN, como parte de esa intuición estratégica, la capacidad de imaginar el futuro a tal punto, que es nuestra hoja de ruta actual como guía de transformaciones revolucionarias a más de medio siglo de distancia:

El Frente Sandinista de Liberación Nacional FSLN, ha surgido de las necesidades del pueblo nicaragüense de tener una Organización de Vanguardia capaz de lograr mediante la lucha frontal contra sus enemigos, la toma del Poder Político y el establecimiento de un sistema social que liquide la explotación y la miseria que ha padecido nuestro pueblo en el pasado histórico.

El FSLN es una organización Político-Militar cuyo objetivo estratégico es la toma del Poder Político mediante la destrucción del aparato militar y burocrático de la dictadura y el establecimiento de un gobierno revolucionario basado en la alianza Obrero-Campesina y el concurso de todas las fuerzas patrióticas Anti-Imperialistas Y Antioligárquicas del País.

I. Un Gobierno Revolucionario: La Revolución Popular Sandinista establecerá un gobierno revolucionario que liquidará la estructura reaccionaria originada por farsas electorales y golpes militares, el poder popular forjará una Nicaragua sin explotación, sin opresión, sin atraso, una patria libre, progresista e independiente.

II. Revolución agraria: La Revolución Popular Sandinista trazará una política agraria que realice una Reforma Agraria Auténtica que en forma inmediata logre la redistribución masiva de la tierra, liquidando la usurpación latifundista en beneficio de los trabajadores (pequeños productores) que laboran la tierra.

III. Revolución en la cultura y la enseñanza: La Revolución Popular Sandinista asentará las bases para el desarrollo de la cultura nacional, la enseñanza popular y la reforma universitaria.

IV. Legislación laboral y seguridad social: La Revolución Popular Sandinista, liquidará las injusticias de las condiciones de vida y trabajo padecidos por la clase obrera bajo la brutal explotación en favor de la legislación laboral y Asistencial Social.

V. Honestidad administrativa: La Revolución Popular Sandinista extirpará la corrupción administrativa gubernamental y establecerá una estricta honestidad administrativa. Abolirá la criminal industria del vicio (prostitución, juegos de azar, expendio de drogas, etc.) que explota el sector privilegiado de la G.N. y los parásitos extranjeros.

VI. Reincorporación de la Costa Atlántica: La Revolución Popular Sandinista pondrá en práctica un plan especial a favor de la Costa Atlántica, sumida en el máximo abandono, para incorporarla a la vida de la nación.

VII. Emancipación de la mujer: La Revolución Popular Sandinista abolirá la odiosa discriminación que la mujer ha padecido con respecto al hombre; establecerá la igualdad económica, política y cultural entre la mujer y el hombre.

VIII. Respeto a las creencias religiosas: La Revolución Popular Sandinista garantizará a la población creyente la libertad de profesar cualquier religión. Respetará el derecho de los ciudadanos a profesar y practicar cualquier creencia religiosa.

IX. Política exterior independiente: La Revolución Popular Sandinista liquidará la política exterior de sumisión al imperio yanqui y establecerá una política exterior patriótica de absoluta independencia nacional y por una auténtica paz universal.

X. Unidad popular centroamericana: La Revolución Popular Sandinista por la verdadera unión de los pueblos centroamericanos en una sola patria respaldará una auténtica unidad con los pueblos hermanos en Centroamérica

XI. Solidaridad entre los pueblos: La Revolución Popular Sandinista pondrá fin al empleo del territorio nacional como base de agresión yanqui contra otros pueblos hermanos y pondrá en práctica una solidaridad militante con los hermanos pueblos combatientes para su liberación.

XII. Ejército patriótico popular: La Revolución Popular Sandinista abolirá la fuerza armada enemiga del pueblo denominada Guardia Nacional (G. N.) y creará un Ejército Popular, Revolucionario y Patriótico.

XIII. Veneración ante nuestros mártires: La Revolución Popular Sandinista guardará gratitud y veneración eterna a los mártires de nuestra patria y continuará el luminoso ejemplo de heroísmo y generosidad legados por ellos.

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!

FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL (F.S.L.N.)

Programa Histórico del FSLN, 1969.

Luego del Programa Histórico, con la ruta trazada hacia el futuro, se dio el periodo de siembra estratégica, conocido como la acumulación de fuerzas en silencio: “Desde mediados de 1971 hasta mediados de 1974 tiene lugar en la montaña la actividad de los núcleos preguerrilleros que alcanzan el objetivo de adaptar a la vida de la montaña a cuadros de procedencia urbana y que crean las condiciones para la consolidación de núcleos campesinos combatientes con alguna estabilidad, a la vez que se impulsa toda una red clandestina de abastecedores e informantes, dentro de algunos sectores campesinos. Es necesario precisar la etapa en que nuestros núcleos guerrilleros pasan por la prueba del fuego enemigo. El ajusticiamiento del delator Higinio Martínez puede considerarse como el rompimiento de las hostilidades abiertas con el enemigo. Esto ocurre el 30 de mayo de 1974. A partir de entonces se da la transición entre la actividad organizativa clandestina y una situación de guerra.”. Cmte. Carlos Fonseca, 1976.

En diciembre de 1974 con el Asalto a la casa de Chema Castillo se rompen los fuegos preinsurreccionales y el FSLN pasa a una situación de guerra abierta en contra de la dictadura: “La Vanguardia rompió la etapa de acumulación de fuerzas y con la acción del 27 de diciembre del 74 aceleró el proceso de descomposición del régimen y el desarrollo del Frente Sandinista, en efecto, puso de manifiesto la fragilidad de la dictadura al verse esta obligada a liberar a los presos […] y a ceder un avión que transportó al comando victorioso y a los reos liberados a Cuba”. Cmte. Tomás Borge, 1984. Con el éxito del Comando Juan José Quezada, el FSLN se consolidó como uno de los movimientos guerrilleros mejor organizados, capaces de emprender acciones militares de gran envergadura, que necesitaban de una compleja y minuciosa preparación clandestina.

4- La insurrección y el triunfo de la Revolución Popular Sandinista

Luego del asalto a la casa de Chema Castillo en diciembre de 1974, la dictadura militar somocista inicia una campaña de intimidación y cruel represión en contra del mismo pueblo “Fue una época también dolorosa, porque cayeron valiosísimos militantes del Frente Sandinista, entre ellos nada menos que Carlos Fonseca, al día siguiente el mismo Eduardo Contreras, luego ese gran combatiente que se llamó Carlos Agüero, el campesino Jacinto Hernández, Pedro Aráuz Palacios, Carlos Roberto Huembes, Filemón Rivera, René Tejada, la compañerita Arlen Siu, Edgar Munguía, entre otros muchos. La muerte de Carlos por supuesto fue interpretada como un triunfo por la reacción y la dictadura, se consideró que con su muerte prácticamente cesaba la lucha sandinista. Me acuerdo yo con que cara de triunfo llegaron a decírmelo cuando estaba en la cárcel, pensaban que estábamos locos porque nosotros insistíamos en que el triunfo todavía era nuestro. Por eso cuando nosotros dijimos que Carlos es de los muertos que nunca mueren lo que quisimos decir es que las clases revolucionarias no mueren, los obreros y los campesinos son inmortales como su proyecto histórico. Carlos no podía morir porque era una síntesis, una idea no solo inteligible sino madura para cosechar. Carlos murió; pero no murió, eso es lo que no entendían nuestros enemigos. Carlos no murió porque son los pueblos que hacen las revoluciones. Las revoluciones no son otra cosa que la resurrección de los héroes”. Comandante Tomás Borge, 1981.

Entre el 1975 y 1977 se crean las condiciones para dar Inicio a la ofensiva ininterrumpida en octubre de 1977: “Octubre constituyó incuestionablemente un anuncio del reconocimiento de la lucha de las masas y su participación beligerantecomo sus protagonistas directos de hechos combativos, fue la primera clarinada de la gran insurrección,que, en su ofensiva final, daría al traste con la tiranía”. Cmte. Tomás Borge, 1981.

Octubre del 77 tuvo su continuidad 4 meses después en la Insurrección de Monimbó en febrero de 1978 «la táctica militar aplicada fue enriquecida con la experiencia de octubre. […] En la medida que se golpee más contundentemente y continuamente al enemigo, en esa medida, le vamos a ir sumiendo hacia la defensiva, iremos logrando acorralarlo en sus propios centros, iremos logrando acorralarlos en su propia retaguardia» Comandante Camilo Ortega

Seis meses después de la insurrección de Monimbó, el 22 de agosto de 1978 se da la Operación “Muerte al Somocismo, Carlos Fonseca Amador”.

La toma del palacio por las dimensiones de la acción guerrillera y su éxito, constituyó una operación militar imprescindible en el largo proceso insurreccional: «Había que hacer algo que estremeciera a la sociedad nicaragüense, porque la sociedad nicaragüense le tenía miedo a la guardia y al somocismo […] La comunidad internacional se encogía de hombros ante el sufrimiento de nosotros los nicaragüenses, […] ante el horror, el espanto, el llanto, el dolor de un pueblo. Entonces era necesario un operativo de esa magnitud».Cmdte. Edén Pastora, 2019.

El éxito de la operación Muerte al Somocismo, tuvo su continuidad poco después, en la Insurrección de septiembre de 1978: “El sábado 9 de septiembre de 1978 estalló en todo el país la hoguera de la insurrección armada, conmoviendo los cimientos de la dictadura militar somocista. Este hecho marcó un paso importante en la lucha política y militar que el FSLN al frente de su pueblo encabezaba y demostró la entereza, la decisión y la combatividad de nuestro pueblo dispuesto a ser dueño de su propio destino”. Cmdte. Carlos Núñez, 1981.

Seis meses después, se da la unidad de las tres tendencias en marzo de 1979, asegurando la ruta hacia la victoria: “Ningún movimiento que se encuentre disperso, descohesionado, será capaz de conseguir sus objetivos políticos. Aunque el FSLN sufrió una crisis en octubre de 1975, las tendencias que surgieron de ella se mantuvieron asidas a un tronco común: el sandinismo; a un medio común: la lucha armada; y a un objetivo común: el derrocamiento de la dictadura somocista, lo que facilitó su posterior reunificación. 

El logro de la unidad fue un requerimiento constante del pueblo nicaragüense. A través de cada una de sus acciones exigía la confirmación de una vanguardia monolítica capacitada para conducirlo al triunfo sobre su enemigo encarnizado. 

Al conseguir su unidad, el sandinismo se constituyó en el motor imprescindible para mover a todas las fuerzas políticas democráticas, progresistas, revolucionarias de nuestro país contra la dictadura. Si no hubiese existido la unidad del sandinismo no hubiera sido posible construir el Movimiento Pueblo Unido y sin el MPU no hubiera sido posible conformar el Frente Patriótico Nicaragüense FPN, como expresión de la unidad de toda la nación. 

Pero para nosotros la unidad no fue una simple frase mágica, tuvimos que batallar bien duro para conseguirla, resolver diferencias, encontrar puntos de coincidencia basados en un programa y un plan estratégico conjuntos, que aseguró para siempre la acción monolítica, cohesionada de las tendencias del FSLN y lo decidió a lanzarse a la ofensiva final”. Cmte. Carlos Núñez, 1985.

La división de las tres tendencias representó una división en la forma, no en la sustancia, constituyó un laboratorio bélico y organizativo, poniendo en praxis diferentes tácticas guerrilleras, pero fijando la mirada hacia un único objetivo: el derrocamiento de la dictadura desde diferentes angulaciones, enfrentando las complejidades organizativas de su tiempo.

La unidad de las tres tendencias, generaron las condiciones para asegurar un salto cualitativo en todos los ámbitos que conforman la compleja armonía de la lucha guerrillera. salto cualitativo que dio como resultado “la combinación de la lucha guerrillera con el movimiento de masas, a través de una dialéctica en la cual los guerrilleros se convirtieron en pueblo y el pueblo en ejército”Comandante Tomas Borge, 1981.

Ya el legado de Sandino y de Carlos estaban enraizados y la confluencia de las tres tendencias se fue materializando en la unión monolítica del FSLN. El Comandante Daniel Ortega explica la naturaleza y la estrategia de la insurrección: “Incluso, con Carlos hablamos de que había que pasar a un tipo de lucha, donde el Pueblo no siguiera viendo al Frente como algo allá, heroico, dando la batalla, luchando, imaginándose que el Frente estaba ganando batallas que no ganaba. O sea, el Pueblo como observador, colaborador en las Ciudades, colaborador en el Campo también, pero no era sujeto de la lucha.

Y dijimos nosotros, tenemos que ir a la Insurrección, yendo a la Insurrección entonces el Pueblo se va a convertir en su Liberador, no va a estar esperando que lo liberen, sino que el Pueblo va a ser un Combatiente que va a luchar. ¿Esto qué significaba?

Significaba tomar la decisión de salir de la montaña, formar Unidades de Combate y lanzarnos a tomar los Cuarteles de la Guardia Somocista, y tomando los Cuarteles tener ya Compañer@s entrenad@sen el manejo de las armas, para que al tomar los Cuarteles ellos también tomaran las armas de los Guardias y creciera de esa manera el Ejército del Pueblo, pero ya un Ejército del Pueblo formado por el Pueblo, y no un Ejército allá dando la batalla en condiciones difíciles. […]

Primera vez en la Historia del Frente Sandinista que estábamos atacando Cuarteles y tomando Cuarteles y recuperando armas e incorporando más Compañeros al combate con esas armas, logrando golpear el centro de mando que tenía la Guardia, tomar también los poblados y hacer reuniones con los pobladores para explicarles cuál era la estrategia ahora: Que ahora no esperen que el Frente los libere, ustedes son el Frente, ustedes son los Combatientes y todos vamos a liberar. […]

Después de la Insurrección de Octubre donde cayó el Cuartel de San Carlos, primera vez que el Frente Sandinista se tomaba un Cuartel de la Guardia en una zona que la tenía muy fortificada porque era una zona fronteriza; entonces, se fueron multiplicando las Fuerzas y el Pueblo se fue incorporando, y cada vez que el Frente entraba a golpear un Cuartel salía la gente a las calles a sumarse, a apoyarnos en lo que pudiera, a facilitarles agua, alimentos, a los Combatientes que estaban frente a los Cuarteles.

Y eso parecía que era todavía una locura, que era un suicidio, pero no, era una práctica insurreccional, donde el Pueblo se iba incorporando, y por eso es la fortaleza de esta Revolución, porque esta Revolución contó con miles y miles y miles de Combatientes que permitieron que se liberaran todos los Departamentos de nuestro País. Fue el Pueblo liberando al Pueblo, hasta la Victoria definitiva el 19 de Julio de 1979”.

José Carlos Bonino Jasaui