
Esta es la caja fuerte donde estaba el oro que el Gral. Sandino había traído desde Wiwilí a Managua, con varias libras de oro puro, para comprar maquinarias, equipos de comunicación, útiles deportivos y diferentes utensilios para su tropa.

En el libro de don Sofonías Salvatierra “SANDINO O LA TRAGEDIA DE UN PUEBLO”; Madrid, España, año 1934, en la pág. 261, don Gregorio Sandino escribe una carta desde San Salvador, con fecha 5 de junio de 1934 al señor don Sofonías Salvatierra, donde le dice lo siguiente:
“El oro que Augusto trajo ha sido vendido en Nueva York al National City Bank, a 35 dólares la onza, y dio un total de 26,800 dólares. (768 onzas) Ese fue el producto de la venta. El Presidente dirige ahora una investigación para averiguar en poder de quién está ese dinero, pero para rescatarlo y ponerlo en manos de su legítima heredera BLANCA SEGOVIA. Todos saben que ese oro ha sido vendido por los asesinos. O sean los guardias.”

Hasta hoy se ha dicho que el crimen fue meditado, planificado y ordenado por el general Anastasio Somoza García como forma eficaz de congraciarse con los norteamericanos y ganar influencia. Recordemos que el Gral. Sandino los había humillado ante el mundo en la guerra de guerrillas: “David contra Goliat”.
Se conoce también que, al terminar la balacera en la casa del ministro don Sofonías Salvatierra, el coronel Camilo González Cervantes hizo irrupción en las habitaciones y se llevó toda la valiosa documentación sandinista y unas tantas libras de oro, producto del sudor de los campesinos mineros de las cooperativas del Río Coco, que se guardaba en la caja de hierro de don Sofonías.
Este oro, meses más tarde, Somoza se lo regresó a su amigo y conocedor del rico metal, Cnel. Camilo González, quien lo vendió en Nueva York al National City Bank: eran 768 onzas a 35 dólares la onza para esa época, dando un total de US$26,880 “dólares fuertes”, entregados luego a Somoza García para uso de sus gastos personales, dándole su comisión al Cnel. González. (Se conoce que el gobierno de los Estados Unidos puso un precio fijo en el oro hasta 1934, cuando una onza costaba US$20.67. Pero este año eso cambió cuando el dólar se igualó a US$35.00 por onza de oro).
Nota importante: Solo para que tenga una idea el lector de lo que significaba ese tesoro, producto del sudor de los campesinos sandinistas que trabajaban en las minas de Wiwilí y que Somoza robó esa noche. Podemos concluir sin temor a equivocarnos que, conociendo el valor del oro en 1934 (igual a 35 dólares la onza, equivalente a 768 onzas, que era lo que el Gral. Sandino guardaba en la caja de hierro de don Sofonías), lo que en la actualidad, según el mercado internacional, el oro se ha establecido como una inversión refugio tras el estallido de la crisis financiera: en busca de posiciones seguras, los grandes capitales de todo el mundo han recurrido al metal amarillo para capear el temporal bursátil.
Así, el precio del oro al contado alcanzó este jueves 14 de agosto de 2025 máximos históricos de US$3,345.73 la onza, lo que significaría que, si se hubiera conservado ese preciado metal y fuera vendido un día como hoy, daría como resultado, producto de la venta, un total de US$2,569,520.64 (dos millones quinientos sesenta y nueve mil quinientos veinte dólares con 64 centavos).
Siempre más allá…
Walter C. Sandino
