
A nuestros héroes y mártires jamás debemos de olvidarlos, honor y gloria a nuestros héroes y mártires
En la historia del movimiento estudiantil es necesario destacar a un joven de aspecto serio, quien con sus ideas aportó mucho al pensamiento revolucionario en los años 60’s.
Aquel joven es Fernando Gordillo Cervantes, nació en Managua, Nicaragua, el 2 de febrero de 1941.
Concluyó sus estudios de bachillerato en el Colegio Pedagógico. Llegó hasta tercer año de Derecho en la UNAN León entre los años de 1958-1960.
Fue líder estudiantil, de la generación de la autonomía universitaria, marchó envuelto con la bandera de la Universidad, según su propio relato, minutos antes de que la Guardia Nacional había masacrado a los estudiantes aquella tarde del 23 de julio de 1959. Fue escritor comprometido: para él, la literatura debía tener un compromiso político.
Fue fundador de la Revista “Ventana” en 1960, junto a un grupo literario del mismo nombre. Miembro del Comité Ejecutivo de la Unión de Estudiantes de Nicaragua. Escribió ensayos, cuentos, poemas.
Encontramos dentro de su planteamiento el diálogo como vía para buscar las soluciones y confrontar las ideas, de una forma respetuosa. Nunca fue cegado por la exaltación fanática o dejarse llevar por el sectarismo provinciano, estaba en contra de la agitación descontrolada y el discurso demagogo.
De su producción poética, uno de sus poemas más memorables es Andrés, que entre líneas muy claras deja plasmada la ideología antiimperialista que vivía en Fernando, pero no sólo en él, sino en un pueblo que es heredero de Sandino y sigue demostrando a esas fuerzas injerencistas, ayer como hoy, que Nicaragua ni se vende ni se rinde.
El siguiente poema es un homenaje a Andrés Castro, otro valiente patriota que demostró que los nicaragüenses estaban hechos de vigor y gloria en la Guerra Nacional de 1856, contra el filibustero William Walker y sus tropas estadounidenses.
Andrés
Tu piedra es mi esperanza.
Ha pasado un siglo y ya lo ves,
todo lo mismo.
Pudo más el oro que la sangre.
Toda tu tierra, Andrés.
Desde los lagos al Coco,
desde el Cabo hasta el San Juan.
Es una sola lágrima donde la Patria llora
Lanza la piedra.
¡Lánzala!
A un siglo de distancia, el enemigo,
es el mismo.
He aquí en él las palabras que hoy son tan vigentes. Hoy en día el enemigo sigue siendo el mismo. Aunque el tiempo pase, los intereses foráneos y el servilismo nacional al imperialismo hacen que las palabras de Gordillo sigan vigentes y actuales hoy en día.
Murió de una enfermedad incurable que lo obligó a permanecer inmóvil sobre el lecho, o en una silla de ruedas, desde mediados de 1961 hasta el 25 de julio de 1967. Tenía sólo 26 años de edad.
El legado de este joven patriota, universitario, líder del movimiento revolucionario y estudiantil, digno ejemplo para nuestra juventud, cuyo compromiso es seguir siendo vanguardia de ese pensamiento patriota, pero sobre todo antiimperialista que los héroes nos han heredado, como el poeta, intelectual, dirigente e ideólogo Fernando Gordillo.
“Canto el valor de los que sueñan, decía y dice Fernando Gordillo” …
con los pies metidos en el fango.
Sus ojos no temen a la noche
ni se enceguecen con las sombras.
Canto el silencio del que medita el grito
y lo lanza aún en medio del desierto.
Sus manos sostienen la esperanza
que edifican en el aire sus palabras.
Canto la bandera que ondea en la distancia
y el asta viril que la sostiene
y los días que nos llevan a izarla
y el viento de pueblo en que flamea.
Canto el nombre de los que escriben la historia
y la historia no cantará jamás sus nombres.
¡En sus desnudos hombros descansa la esperanza!