
En el marco de la Ofensiva Final de 1979, más de cien jóvenes combatientes y pobladores de barrios populares como Monseñor Lezcano, Santa Ana, La Ceibita, Acahualinca, Colonia Morazán y Linda Vista, emprendieron el repliegue táctico hacia el barrio San Judas.
Partieron en dos columnas, la primera logró llegar con éxito a San Judas, mientras que la segunda fue atacada brutalmente al rezagarse en el cruce de Batahola.
La Guardia somocista los emboscó en el cruce de Batahola, provocando una masacre que marcó profundamente la historia revolucionaria de nuestro país.
La emboscada se ejecutó tras descubrirse el plan de movilización de los combatientes. La Guardia somocista se posicionó estratégicamente con dos metralletas, una de calibre 30 y otra de 50, en los talleres de la Policía, mientras que una segunda ráfaga provino desde los predios de la Embajada de Estados Unidos.
El ataque duró cerca de quince minutos y dejó un saldo de 180 muertos, sus cuerpos, fueron arrojados a una fosa común.
“Los héroes sandinistas fueron acribillados por el aparato represor somocista y por el imperio intervencionista del norte… por la EEBI”, se señala en los testimonios populares.
Como tributo a los caídos, se levantó un obelisco que hoy exhibe más de 80 placas con los nombres de las víctimas. Este monumento se ubica en el complejo legislativo, contiguo al Centro de Convenciones Olof Palme, y permanece como símbolo de memoria y resistencia.
Hoy, se conmemora la gesta de estos héroes y heroínas que ofrendaron sus vidas por la libertad. Su sacrificio se refleja en los derechos conquistados: salud y educación gratuita, vivienda digna, seguridad social para adultos mayores y alimentación escolar para la niñez. En cada derecho está el espíritu de los mártires de Batahola.
“Esa sangre no cayó en vano. Esa sangre hizo un parto en la tierra y generó una semilla”, afirman con convicción los sobrevivientes. Esa semilla floreció en más escuelas, hospitales, parques, calles y carreteras. Por ello, aquí se seguirá defendiendo su legado, cada logro de la revolución, construyendo un país justo y seguro para todos.